REFORMA DE LA EDUCACIÓN A TRAVÉS DE LA INCLUSIÓN: DESAFÍOS Y POSIBILIDADES (INDEX FOR INCLUSION)
El pasado jueves 21 de marzo, asistí junto a mis compañeros de Educación inclusiva a una ponencia realizada por Tony Booth, catedrático del Centro de Investigación Educativa Canterbury Chirst Church University College; uno de los creadores de “Index for Inclusion” junto a Mel Ainscow en la que nos habló sobre la educación inclusiva y una reforma de la educación a través de la inclusión.
Tras la presentación de los integrantes de la sala, y en especial de Tony Booth, comenzó la ponencia.
Empezó resaltando la idea de inclusión, que finalmente la definió como “poner en acción valores”. Tenemos que tener muy clara la idea propia sobre inclusión, que tenga un sentido para cada uno; las ganas de cambiar la sociedad por una sociedad inclusiva, pues las desigualdades crecen en la sociedad y aumenta la exclusión puesto que las personas tenemos muchos prejuicios hoy en día, y es algo que hay que evitar. Nosotros como futuros docentes tenemos que, precisamente, buscar un cambio en esta sociedad para crear personas inclusivas y tolerantes, y llegar a conseguir una educación justa para todos.
Hemos hecho durante nuestro aprendizaje algo fragmentado, que nos divide en disciplinas lo que nos hace desconectar las partes del todo. ¿Cómo es posible aprender juntos para que seamos capaces de ver el todo? ¿Para que el aprendizaje no esté dividido? Creando escuelas inclusivas, decía Tony.
Para comenzar, hay que fomentar las escuelas inclusivas. Para ello, primero debemos conocer nuestros colegios y sistemas educativos en su realidad, tanto lo bueno como lo malo, para asó poder analizarlos y saber qué mejorar.
Debemos comprender la comunidad como el fundamento de la inclusión. Hay gente que no la valora como base de ésta. Tenemos que ver nuestras escuelas como lugares donde creamos comunidades, en la cual los padres son parte del colegio, para que todos trabajemos juntos. Tony resalta como parte fundamental la familia en los colegios. Estoy de acuerdo con esta idea, pues la educación es una tarea compartida entre docentes y familiares y debe llevarse de manera conjunta ya que ambos son responsables del proceso educativo de los alumnos. Esta responsabilidad requiere por parte de la familia la participación en actividades escolares, para crear un clima agradable y acogedor para todos.
Presenta como problema los profesores desmotivados, lejanos a las ganas de ser maestros, y por tanto sin esperanzas de hacer una reforma en la educación a través de la inclusión, perjudicando así al alumno. Una persona que realmente quiere dedicarse a la docencia, pone todas sus ganas y empeño para llevar a cabo una educación mejor, de calidad, y sobre todo teniendo en cuenta a todas las personas para ayudarles a aprender.
La base principal para esto último es poseer unos valores inclusivos que, para conseguirlos lo primero que debemos hacer es valorar de forma igual a todas las personas. Cada uno es diferente, porque las personas son únicas e irrepetibles, pero todas con los mismos derechos a aprender, y por qué no a aprender juntos.
Por todo ello Tony propone “un universo de valores inclusivos” con: derechos, igualdad, participación, comunidad, no violencia, sustentabilidad, amor, honestidad, belleza, confianza, compasión, esperanza, alegría y coraje. Tienen significados completos, pero todos juntos, sin ninguno en su excepción, responden a la pregunta: ¿Cómo debemos vivir juntos?
Tras todo lo dicho anteriormente, me planteo una serie de cambios que nos deberíamos proponer todos para conseguir mejorar y hacer una reforma en la educación a partir de la inclusión.
Como docentes, tenemos que promover y crear aulas inclusivas, donde todos convivamos con todos, tengamos igualdades o diferencias. Un alumno con cierta dificultad no va a aprender más por salir de clase o hacer cosas diferentes. Ese alumno debe convivir con el resto de sus compañeros, pues todos tienen los mismos derechos a aprender de la misma forma teniendo la oportunidad de ayudarse unos a otros. Debemos crear personas críticas con confianza en sí mismos.
El problema es que muchos centros no están adaptados para los cambios que se proponen para llevar a cabo una educación inclusiva, y hay muchas barreras que dificultan ese cambio, por lo que habría que eliminarlas.
En el ámbito docente, hay que avanzar hacia una escuela que atienda a la diversidad de alumnado, sin exclusiones. Mientras no sepamos resolver esta cuestión estaremos frente a una de las barreras que nos frenan en las reformas.Otro de los cambios que hay que plantearse, es considerar las diferencias de cualquier tipo sin igualdad, de manera que podamos ver así, en la diversidad humana, estímulos para avanzar hacia sociedades más igualitarias y justas.
Escuchando las palabras de Tony Booth, nos queda cada vez más claro que debemos alcanzar una educación más inclusiva. La inclusión, algo cada vez más presente en la educación, nos hace ver el modo en el que el sistema educativo debe mejorar y crecer para dar una respuesta apropiada a las necesidades de los alumnos.
Para mejorar e incentivar esta educación podría reducirse el número de alumnos de la clase, o aumentar docentes en las aulas si fuese necesario, acondicionar aulas, realizar tutorías para llegar a una educación más personalizada, con más comunicación y cooperación entre maestros y que planeen así una estrategia didáctica inclusiva.
En conclusión, decir que ha sido una experiencia
enriquecedora para mí. De Tony Booth he aprendido lo verdaderamente importante
que es la inclusión en nuestros días, así como llevarla a la práctica, no solo
saber la teoría, y crear valores inclusivos que se reflejarán en nuestros
alumnos creando personas justas y respetuosas para que podamos convivir todos
juntos en un futuro; y para conseguirlo debemos colaborar todos en nuestra
totalidad.
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